"El psicoanálisis apunta a que el sujeto sepa hacer con su síntoma.”
Jacques Lacan (1975)
"El psicoanálisis apunta a que el sujeto sepa hacer con su síntoma.”
Jacques Lacan (1975)
El psicoanálisis no se centra en clasificar ni en adaptar. No trabaja desde protocolos estandarizados ni busca que te adaptes a un ideal externo. Se orienta a escuchar el sufrimiento en su singularidad, sin forzarlo a encajar en categorías previas. Cada persona padece a su manera, y por eso cada análisis traza un recorrido único.
Puede ayudarte si estás atravesando:
Ansiedad: angustia sin causa aparente, insomnio, inquietud constante, sensación de estar al límite.
Depresión: tristeza persistente, vacío, pérdida de sentido, desconexión con el deseo.
Duelo: pérdidas que no logran elaborarse (ya sean personas, relaciones, etapas vitales o ideales).
Trastorno obsesivo compulsivo: pensamientos intrusivos, necesidad de control, rituales o compulsiones.
Fobias: miedos que paralizan, evitan y limitan la vida cotidiana.
Hipocondría: preocupación excesiva por la salud, miedo a estar enfermo, síntomas que generan angustia.
Psicosomática: dolores o alteraciones físicas que no encuentran explicación médica clara.
Problemas de pareja: relaciones conflictivas, vínculos repetitivos, dependencia afectiva, o incapacidad de comprometerse.
Trauma: vivencias que han dejado marcas difíciles de simbolizar o elaborar.
Inhibiciones: bloqueos a la hora de desear, crear, disfrutar o tomar decisiones.
Sensaciones de vacío, bloqueo o desorientación, incluso cuando “todo parece estar bien”.
A veces el cuerpo habla por donde la palabra no sale. Otras veces, el síntoma (aunque moleste) es la única forma que el sujeto ha encontrado de sostenerse. En esas zonas donde el discurso racional no alcanza, el análisis abre una vía.
© 2025 Silvia Álvarez Rodríguez. Todos los derechos reservados